RAICES

Hace un tiempo atrás me pidieron sacar 3 plantitas que estaban molestando en el jardín. Mi suegra las trato de arrancar de todas las formas posibles pero nada. Yo, Luego de batallar duramente con la pala, me di cuenta de que las tres plantas eran la misma planta, por debajo las raíces la sujetaban firmemente a la tierra y me costó bastante y una mano herida de golpear con la pala… la falta de costumbre. La segunda foto es un árbol que después de una tormenta, de las que se dan aquí en Oklahoma, no aguanto el viento a pesar de ser tan grande y fuerte.

El árbol que cayo no tenía nada de raíz, era como si toda su energía la había ocupado en crecer bello y verde hacia a fuera, en lo visible, en lo exterior, pero debajo, donde no se ve, no había mucho, eso lo tumbo cuando vino el viento…sin embargo la planta que saque del jardín ocupo toda su energía en el crecimiento de las raíces, donde no se ve, hacia el exterior parecía tímida, débil, poco atractiva, pero interiormente era muy fuerte, muy resistente. Pensé en las personas, en las instituciones, en las empresas, en el emprendimiento. Dónde se invierte la energía durante el crecimiento.

En otro aspecto las tres plantas que en realidad eran 1, me hizo pensar en el corazón humano cuando los malos sentimientos, o resentimientos, el no perdonar, el rencor van como una enredadera invadiendo todo y fortaleciéndose como duras raíces y que a pesar de los enérgicos golpes de una pala, cuesta sacarlos de adentro y aparecen como tímidas expresiones exteriores del carácter, que parecen no estar conectadas, pero en realidad son producto de la misma raíz, ocupando el lugar de otras cosas como amar, vivir, ser libres.

Lo ultimo, en el ámbito de la fe,  me acordé de la historia de Jesús cuando maldice la higuera sin fruto en el evangelio de Mateo capitulo 21 del verso 18 al 19 dice: Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, Jesús sintió hambre. Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo a la higuera:

—¡Nunca más vuelvas a dar fruto! Y al instante la higuera se secó.

A pesar de que como indica la escritura “al instante la higuera se secó”. No fue en lo exterior donde ocurrió este cambio… las hojas verde continuaron ahí, y no fue hasta el otro día, cuando al pasar por el mismo lugar, Pedro noto y se maravilló que el árbol se había secado (Marcos 11:20).

Cuando crees en Dios y con fe pones algo en sus manos, quizás las cosas no cambian inmediatamente en lo visible, pero definitivamente ya, algo está ocurriendo en lo invisible.

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