Edificando sobre la Roca

Un par de edificios construidos sobre dunas de arena en la ciudad costera de Viña del Mar, Chile, han sido noticia. Las imágenes son impactantes debido a dos grandes socavones formados por el desplazamiento de la arena justo al lado de estas imponentes estructuras. Una de las causas fue una lluvia torrencial que ocurrió en esos días, y claramente, construir en dunas de arena quizás no fue la mejor idea.

Durante muchos años, ha habido una batalla legal entre aquellos que intentan proteger estas dunas como un santuario natural y las empresas inmobiliarias que son propietarias de los terrenos. Además, el caos regulatorio en el país ha contribuido a este lamentable evento.

Para aquellos que conocen la Biblia, es imposible no recordar las palabras de Jesús en Mateo 7:

“24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”

Parece increíble que un principio tan obvio como no construir sobre arena haya sido pasado por alto en el caso de estos edificios en Chile. Uno se pregunta: ¿dónde estaban los ingenieros, arquitectos y autoridades? ¿Fueron los intereses económicos más importantes que la sensatez? Quizás los avances de ingeniería les dieron la confianza necesaria para hacerlo.

En el relato de Mateo, Jesús les está diciendo a las multitudes que lo escuchan, y hoy a todos nosotros, que al oír y poner en práctica sus enseñanzas, seremos como ese hombre prudente.

El significado de la prudencia, de acuerdo al diccionario, es evitar acciones audaces, prevenir riesgos y manejarnos de manera conservadora para no equivocarnos. La prudencia proviene del verbo “proveer”, que significa ver de lejos o prever.

Entonces, sea lo que estés construyendo, necesitas un buen cimiento, porque la lluvia arreciará, los ríos subirán torrencialmente, los vientos azotarán implacablemente, y lo que hayas construido será puesto a prueba inevitablemente.

¿Qué estás construyendo? ¿Una familia? ¿Una carrera profesional? ¿Una empresa? Sea lo que sea, pasarás por el vendaval. El Señor deja claro que todos enfrentaremos esta poderosa adversidad y presión.

La diferencia entre un final desastroso y un final feliz será tu cimiento, y espero que sea la roca.

Es triste para aquellos que escuchan las palabras de Jesús con indiferencia, poco interés o incredulidad, construyendo sus vidas sobre la arena, pensando que no hay consecuencias. La lluvia los sorprende, vienen las inundaciones y los vientos azotan su construcción hasta que se derrumba. Su fracaso se convierte en un evento público, penoso y vergonzoso.

Ya sea que estés comenzando a construir tu vida o tengas una edificación avanzada, siempre es tiempo de cambiar tus cimientos por la Roca. Incluso si te encuentras en el club de los fracasados, tienes una nueva oportunidad para comenzar de nuevo, de manera inteligente y sabia, construyendo sobre la roca.

JESUS es la ROCA.

Salmo 62:

6 Solo Dios es mi salvación y mi roca; él es mi refugio, no resbalaré.

7 Solo Dios es mi salvación y mi gloria; ¡Dios es mi roca fuerte y mi refugio!

8 Pueblos todos, ¡confíen siempre en Dios! ¡Vaciad vuestro corazón delante de él! ¡Dios es nuestro refugio!

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